La nueva película de Ridley
Scott es el regreso de este gran director a la ciencia ficción, con un reparto espectacular y una promoción de vértigo. Pero tanto ¿para qué? pues para que
te quede un mal sabor de boca cuando la terminas de ver.
Esta película se decía que era la precuela de Alien (1979), como dijo el mismo director, se llevará a cabo en diferentes años pero la conexión entre las dos películas será patente.
Trata de una expedición
a finales del siglo XXI, a un nuevo planeta sin explorar, donde pretenden
resolver la mayor de las preguntas: El origen de la vida en la Tierra. Pero
todo lo que pretende ser, se queda en humo. Una gran puesta en escena, he de
decir que es impresionante, pero el guión y la narración tiene demasiados
agujeros, y todo lo que pudo ser no llegó a nada.
Hay que destacar a Michael Fassbender, en su
interpretación de David, pero el resto de personajes como el de Noomi Rapace o
Charlize Theron no me acaban de convencer.
Spoiler – No había
necesidad de que debajo de lo que es el Alien que todos conocemos haya un
albino de 2m o el pulpo gigante. Y ese anciano de 90 años que se
nota que es un hombre de 30 con toneladas de maquillaje, hay que poner al director en contacto con los maquilladores de El curioso caso de Benjamin Button.
Ridley Scott te nos estás
haciendo mayor y ya no diferencias entre una buena y memorable cinta y un
blockbuster y simplona película.
En definitiva una
película para ver por su espectacularidad pero para olvidar a la salida del
cine.
Nota: 6/10
PD: Pon un David en tu
vida
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